martes, 27 de diciembre de 2011

TRAGEDIA RUSA



Alexandrei Casanovasky estaba considerado el mejor amante de toda Rusia. Las mujeres caían a sus pies, vencidas ante su irresistible atractivo. Tenía ganada la fama de conquistador a pulso, sin ninguna duda. Cuentan las crónicas que, en cierta ocasión, tras hacer el amor con la condesa Olga Nicolaskaya, recibió 45 minutos de aplausos y tuvo que salir a saludar al respetable hasta en siete ocasiones.

A pesar de que casi todas las damas del país suspiraban por su amor, Alexandrei eligió, para sentar cabeza y casarse, a una joven no muy agraciada pero bien situada, Paulova Gorbachov, hija de un profesor de filosofía un poco sordo.

Tras algunos titubeos, se decidió a pedirle matrimonio un soleado día de 1.925 y Paulova aceptó encantada. Para que su felicidad fuera completa faltaba un último trámite, la aprobación del severo padre de la joven.

El día de la pedida de mano, nada salió como se esperaba. Alexandrei se hallaba muy nervioso y empezó a sudar a chorros desde una hora antes de conocer a su futuro suegro. Se preguntaba, angustiado, si el profesor Gorbachov aceptaría para su hija a un simple carpintero - pues esa era su profesión - por muy buen amante que fuera.

El momento de la presentación fue tenso. Alexandrei esperó impaciente en el salón de los Gorbachov, exhalando sudor a litros, mientras su prometida hizo entrar a su padre para que se iniciara el ritual.

Como el joven enamorado quería mostrar respeto, se decidió a hacer una genuflexión, con tan mala suerte que resbaló en el charco formado por su propio sudor, dando con la frente en el suelo.

“Es así como saludamos en mi pueblo... Ya sabe, en la estepa todo es distinto”. Y para reafirmarse dio 17 cabezazos más hasta agrietar una baldosa a la vez que intentaba bailar un Kasachok.

El viejo profesor lo miró con extrañeza y le invitó a tomar asiento. Comenzaron entonces las preguntas de rigor.

-Dígame, Alexandrei, ¿qué intenciones tiene respecto a mi hija? Hable alto, por favor, que soy algo duro de oído.
-Verá, pretendo casarme con ella y hacerla una mujer feliz.
-Bien, bien... ¿Y a qué se dedica usted? No pretenderá mi consentimiento sin que me haya asegurado un porvenir para mi pequeña, ¿verdad?
-Esto... soy carpintero.
-¿Qué? No le oigo, hable más alto.
-¡Que soy carpintero!
-Perdone, pero no le oigo.
-¡Ebanista! ¡ Soy ebanista!
-¿Hedonista? ¿Un epicúreo en mi casa? ¡ A la calle! ¡ No quiero volver a verle!
-¡Papá! – intervino Paulova.
-Ni papá ni leches. Le doy tres segundos para salir de aquí, lechugo.- respondió Gorbachov, cargando su vieja escopeta de caza con perdigones de sal.

Quince días les llevó a los dos amantes aclarar la situación al testarudo profesor, que en un principio se negaba a escuchar sus razones. Una vez obtenida la bendición paterna, Alexandrei y Paulova iniciaron los preparativos de boda. Querían una ceremonia original, así que decidieron casarse en paracaídas.

Les costó bastante encontrar a un sacerdote de la iglesia ortodoxa que no sufriera vértigo. Tras algunos días de intensa búsqueda, dieron con el padre Mijail Mijailovich, que se mostró entusiasmado con la idea.

La boda se celebró a 3.000 metros de altura y estuvo marcada por la tragedia. Después de casar a los ilusionados novios, el padre Mijail amerizó sobre una laguna, al este de Vlafidostosionaviadretiaksiayan, un pueblo con menos habitantes que letras tiene su nombre.

El simpático sacerdote murió abatido por unos cazadores, que lo confundieron con una focha común. Alexandrei y Paulova no corrieron mejor suerte, ya que fallecieron tras caer sobre un campo de minas situado a pocas verstas de allí.

Hoy se recuerda la historia de los dos amantes con una fiesta popular todos los 17 de Mayo. Se come carne de focha, las mujeres lucen trajes típicos, los hombres se adornan con un paracaídas y se tira a una laguna a un sacerdote ortodoxo para que los mozos del pueblo le disparen.

jueves, 22 de diciembre de 2011

SE VA DE PUTAS PARA LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO


Hoy cuelgo una de las Noticias Falsas, que escribí para la sección de humor del periódico Córdoba Información en el año 2.010. Asustan las similitudes con un caso reciente de corrupción, ejem ejem.

SE VA DE PUTAS PARA LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

 
El Concejal de Urbanismo de Valcañete de Arriba, Josep Cantajuegos, convocó anoche una rueda de prensa para dar su versión sobre el llamado “Caso Mujeres Que Fuman”, el escándalo de desviación de fondos del Ayuntamiento que ha salpicado a varios miembros del Consistorio.
Arropado por un grupo de vecinos que enarbolaban pancartas de apoyo al Concejal y gritaban “Conspiración, conspiración”, Cantajuegos manifestó que, efectivamente, había sustraído 40.000 euros de las arcas municipales pero “sin ánimo de lucro”.

La intención del Concejal, según sus propias palabras, fue “fomentar la creación de empleo y riqueza en la comarca, ayudar a las trabajadoras extranjeras y, en última instancia, luchar contra el cambio climático”. Cantajuegos quiso remarcar que él y un grupo de miembros del equipo gobernante acudían regularmente a prostíbulos de la zona pero “obligados por su conciencia ecológica y social, más que por otra cosa”.

La reacción de la oposición, encabezada por el eterno candidato a la alcaldía, Iñaki Olano, no se ha hecho esperar. Olano ha comentado que, si bien los hechos denunciados son extremadamente graves, “el noble propósito que animaba a los concejales los disculpa en cierta forma. Si tenemos en cuenta que en diversos ayuntamientos de España, los alcaldes han justificado la compra de automóviles de alta gama porque estos vehículos son energéticamente más eficientes, no veo porqué tenemos que escandalizarnos tanto por este caso”.
El Concejal ha descartado presentar su dimisión y ha culpado a dirigentes de su propio partido de la aparición del caso. “Si convencer a mi cuñado para que emita facturas falsas al Ayuntamiento y gastar ese dinero en orgías con meretrices de los países del Este, alcohol y drogas es un delito, entonces no lo duden: soy culpable”, clamó Cantajuegos entre los vítores emocionados de los vecinos.

“En mi propio partido hay mucho envidioso, mucha gente que cree que luchar contra el cambio climático no merece la pena. Gente que cree que ayudar a las trabajadoras del amor de la ex Unión Soviética no es importante. A todos esos enemigos del progreso, a esos reaccionarios sin conciencia social, defensores de las petroleras, demagogos sin principios yo les digo: siempre me tendréis enfrente, dando la cara por las causas justas. Me convertiré en mártir de la libertad”, exclamó, justo antes de que los vecinos le sacaran a hombros de la Sala de Prensa.

sábado, 17 de diciembre de 2011

UN CASO BIEN RESUELTO



Odio, con todas mis fuerzas, levantarme temprano. Soy un detective noctámbulo. Para mí, el día está hecho para dormir. Por eso, cuando recibí aquella llamada del inspector Mac Luhan, a las nueve de la mañana, me presenté en el tanatorio con un humor de perros.

-¿Qué tenemos aquí?- Le pregunté al forense que, paradójicamente, no tenía un Ford (como decía Gila), sino un Seat Panda Rojo.

-Lo de siempre- masculló el matasanos, mientras retiraba la sábana blanca que cubría al fiambre.- Joe Piernascortas, otro caso de muerte natural.
-¿Muerte natural?- pregunté mientras rascaba una cerilla para encenderme un cigarrillo.
-Ji, ji, ji... Si alguien te clava 87 veces un puñal por la espalda, naturalmente te mueres.
Le reí el chiste, aunque era muy malo y salí a la calle dispuesto a recabar información sobre el asesinato. No hay nada mejor para empezar una dura jornada de trabajo de detective que un buen trago de whisky, así que empecé por investigar el fondo de una botella en el bar de Sonny Santoro.

En el séptimo vaso, cuando el pulso me empezaba a fallar, el barman, un italo – americano gordinflón y afable, me dijo que alguien preguntaba por mí al teléfono. Siempre le decía a mis pocos amigos “ si queréis localizarme, no me busquéis en una iglesia ni en la lavandería de Mao Pa Wang. Estaré en el bar de Santoro apurando un whisky o durmiendo en mi casa”, así que no me sorprendí y agarré el auricular torpemente, un poco borracho.

-¿Diga?
-Hola, detective. ¿Sabes quién soy?
-Soy detective, no adivino.
-Qué gracioso. Quizás no tengas ganas de hacer bromas cuando sepas que yo he sido el que se ha cargado a Joe Piernascortas.
-Te felicito. Era un mafioso, asesino, traficante de drogas y además miembro de la Tuna de Farmacia. Solo por esto último merecía morir. Buen trabajo.
-No te hagas el duro conmigo, amigo... Supongo que has descubierto el segundo cadáver, ¿no?
-¿Qué segundo cadáver?¿ De qué estás hablando?
-Te deje pistas para que lo encontraras.
-¿Pistas? ¿Por qué dejas pistas?¿ Quieres que te atrapemos? Entrégate a la bofia y nos ahorras trabajo.
-Tengo que colgar, que a esta hora es muy caro. Volveré a llamarte.
-Dale recuerdos a tu mujer y a los niños.

Me terminé el vaso de un sorbo y volví al lugar del crimen, a ver si lograba encontrar las pistas que me condujeran al otro fiambre.

En la habitación donde apareció muerto Joe solo había una mesa, tres sillas, una grapadora y un paquete de tabaco. En la pared, junto a la ventana, colgaba un cuadro que representaba a Abraham Lincoln fumando opio en Gibraltar. Ni un solo indicio. Volvió a sonar el teléfono.

-¿Ya tienes la solución, amigo?
-Creo que el tío que te cargaste está atado a una silla, sobre una mesa, con un cigarro en la mano y con las orejas grapadas al peñón de Gibraltar.
-Creí que eras más inteligente.
-Pues ya ves, no tengo ni el graduado escolar.
-¡Si es muy fácil!
-Será fácil, pero yo no caigo.
-Verás... ¿Cuáles son las cuatro últimas cifras del número de barras del paquete de tabaco?
-A ver... 1.956.
-¿Y de que marca es?
-Nobel.
-¿Quién gano el Nobel de literatura en 1.956?
-¿Don Pimpón? Yo que sé.
-Juan Ramón Jiménez.
-Ya, el del burro. ¿Y qué tiene que ver eso con el cadáver?
-¿Dónde pasó su exilio Juan Ramón?
-En Puerto Rico.
-Exacto. Ya sabes la calle. Sólo te falta el número. ¿Cuántas grapas hay?
-Cinco.
-Muy bien. Calle Puerto Rico nº 5, 3º (tres sillas), 1 (una mesa).
-¿Y el cuadro de Lincoln?
-Era para despistar.
-Solo hay un problema. En Manhattan no hay calles sino avenidas y se nombran con números.
-No jodas el relato, hombre.
-Perdón. Adiós.

Colgué el teléfono y me dirigí hacia la calle Puerto Rico (ejem, ejem) y lo que encontré allí me revolvió el estómago: la víctima, Jimmi Destripaterrones, tenía todos los discos de Nana Mouskury. Aparté la vista rápidamente, para no ponerme peor y entré en el cuarto de baño, donde Jimmi yacía, dentro de la bañera, ahogado en trece litros de champú anticaspa. La única pista era un recorte de periódico que el muerto sujetaba fuertemente con su mano derecha. ”Los Miami Dolphins han ganado la liga”, rezaba el titular. Esta vez sí se me encendió la bombilla. Sin pensármelo dos veces, conduje mi Cadillac a toda velocidad hacia la lavandería de Mao Pa Wang.

-Quedas detenido. Tus días como asesino han terminado- le espeté al lavandero.
-Maldita sea, ¿cómo lo has sabido tan pronto? Creí que los datos que necesitarías consultar en el Archivo Nacional de Indias te llevarían varios días.
-¿De qué estás hablando?
-Del rompecabezas, de la hija menor de Francis Von Vaastet, que tenía la clave, de la llave de la taquilla escondida en la tarta de frambuesa de Elaine´s.
-No has dado ni una, no llegué a ti por ese camino.
-¿Entonces cómo?
-Me resultó fácil. En este tipo de relatos, el culpable es, como norma general, el personaje que menos interviene en la acción, el que pasa desapercibido al lector. Y a ti sólo te nombré una vez.
-¿Y el inspector Mac Luhan?¿ Y el barman? A ellos también los nombras de pasada.
-El jefe y el camarero con quien ahogar las penas son necesarios para todas las historias, encajan en todas las tramas.
-Comprendo...
-Ahora, acompáñame, te espera una temporada en la sombra, amigo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

MI LIBRETA DE LAS IDEAS


Hasta la aparición de Twitter, que fagocita la mayoría de mis ideas creativas, apuntaba las chorradillas que se me ocurrían en una libreta. De vez en cuando, me gusta repasarla y, como tengo memoria de pez, me llevo alguna sorpresa que otra.

Hoy he encontrado un texto que escribí como borrador para un guión de Bolas Chinas, el divertidísimo videoblog de Toni Nievas y Félix Maestro. Es una ida de olla, pero me hace gracia, así de simple soy. Aquí lo lleváis.

MALDITA BUENA EDUCACIÓN

“¿Quién no se ha visto envuelto en una situación jodida por culpa de la buena educación? Porque… vamos a ver, nos enseñan a respetar ciertas cosas y lo hacemos automáticamente, como robots, sin pensar para nada en las consecuencias… ¿A quién no le ha ofrecido una monja borracha fumar heroína? Porque a mí me ha sucedido varias veces… Eh, ir por la calle y ayudar a cruzar la calle a una monja y que ella, con lágrimas en los ojos, con un agradecimiento sincero, saque de un bolso plateado con la cara del Ché, porque es una monja de la teología de la Liberación… eh, decía, saque de su bolso bazuko para fumar y al final te sientes en el compromiso y te fumas todo. Y terminas en una espiral autodestructiva… ahí, colocado con la monja, contándoos anécdotas de la movida madrileña que ninguno de los dos vivió y al final terminas metido en un pozo sin fondo…. Te metes en una banda de monjas que saben artes marciales y te haces politoxicómano…Atracas bancos…. Atracas bancos con un señor disfrazado de rey mago, al que respetas sólo porque va vestido de rey mago y eres incapaz de ver nada malo en él. Te ves inmerso en una escalada de crímenes y es muy jodido…. Creo que debería pararme a pensarlo un momento.”

Como fin de fiesta, os dejo mi momento preferido de Bolas Chinas.