domingo, 7 de abril de 2013

CONSEJOS PARA PADRES




Últimamente estoy saliendo mucho con amigos, conociendo gente nueva y todo eso, a lo 3 D, y el jueves me invitaron a cenar a casa de unos amiguetes. Uno de los asistentes, un tipo muy simpático, me dijo que tenía un hijo pequeño, de 4 ó 5 años (no lo recuerdo). Ahí empezó la típica conversación que parece inevitable cuando uno tiene descendencia: que si el pequeño duerme mal, que si está enfermo, que si  los Cantajuegos se conocieron en una orgía, que si uno ha escuchado más veces la canción de Dora de la mochila que “Starway to heaven”, etc. 

En un momento  dado me dijo:”El fin de semana vienen mis padres y quieren verlo… A ver cómo está el niño y si hay suerte”. Entonces le pregunté que si el pequeño estaba enfermo y me contestó que no, pero que le preguntan todo a su hijo y hacen lo que él les dice. Es decir, que el niño ve a sus abuelos solo si él quiere, va al parque cuando quiere, se acuesta a la hora que le apetece y come a la carta. Cuando vio mi cara de extrañeza (al igual que Feynman nunca he sabido disimular) me soltó un “Es que queremos que sea feliz y no deseamos darle una educación castradora… Bueno, ¿y a ti qué te parece esta forma de hacer las cosas?”. En ese momento de la conversación ya se nos había unido su mujer y se me quedaron mirando fijamente, esperando mi respuesta con hostil curiosidad.

Así que le di un trago a mi cerveza, carraspeé un poco y di la respuesta más diplomática de todas las que se me pasaban por la cabeza en aquel momento: “Tu hijo es carne de Hermano Mayor como no rectifiques”. Larry David estaría orgulloso de mí. Luego llegué casa diciéndome “Estos pobres no han entendido nada de la vida” y me dispuse a escribir este post con consejos para padres.


Esto es lo que pensaría Larry de mi respuesta.

Seguro que estaréis pensando que quién soy yo para dar consejos a nadie y que seguro que mis hijos terminan abandonándome en una gasolinera después de apagarme un cigarro en la frente, y puede que tengáis razón, nunca se sabe. Pero el caso es que me he preocupado en los últimos meses de hablar con personas que considero que han educado a sus hijos estupendamente y de leer mucho sobre aprendizaje emocional y asertividad en la infancia y os voy a hacer un resumen de los conceptos principales que he aprendido. Por lo menos, tenemos que leer la teoría clara, aunque tarde o temprano metamos la pata en la práctica.

1.- LA IDEA QUE TENGAS DE TI MISMO CONDICIONA TU FORMA DE ACTUAR: Todo el mundo tiene el potencial de ser buena persona o un mal bicho. Cómo te veas a ti mismo condiciona la forma de actuar en tu vida, tus actos y tus decisiones. Alguien que se vea como un buen tipo podrá ser Atila en un momento determinado, pero se resistirá a repetirlo porque va en contra de su naturaleza, que está condicionada por el concepto que tiene de sí mismo. Esta “imagen de uno mismo” depende en gran medida del entorno y, en los primeros años, el entorno son los padres. Los niños hasta que llegan a la adolescencia asumen un rol del que es difícil desprenderse. Entonces, la cosa es fácil: haz creer a ti hijo que es bueno y lo terminará siendo. Aquí entra en juego el refuerzo positivo (destacar las cosas que hace bien) y el afecto.

Recordemos el concepto de condicionamiento operante que es lo contrario que el condicionamiento respondiente (el perro de Paulov para que nos entendamos).

Me explico. El condicionamiento operante, concepto acuñado por B.F. Skinner,  es una forma de aprendizaje mediante el que un sujeto tiene más probabilidades de repetir las formas de conducta que conllevan consecuencias positivas y, por el contrario, menos probabilidades de repetir las que conllevan consecuencias negativas. El condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje asociativo que tiene que ver con el desarrollo de nuevas conductas en función de sus consecuencias, y no con la asociación entre estímulos y conductas como ocurre en el condicionamiento clásico. Es decir, que la conducta se condiciona a las consecuencias, pero de una forma interiorizada, de manera que el sujeto se porta bien porque le resulta egoístamente más interesante sin ser del todo conscientes del proceso (de ahí que crean que es algo que sale de ellos, como el planchar no sale de mí).

 La siguiente película se iba a llamar “Este niño tiene  una pedrá”, pero no llegó a hacerse por falta de financiación.

Frases a evitar:

- ¡¡No puedo contigo!!
- Eres malo.
- ¿Dónde estaría Sor María el día que naciste?

Nunca jamás de los jamases decirle cosas como “no sé qué hacer para que te portes bien”, “voy a perder la paciencia por tu culpa” y por supuesto no les grita nunca. Gritar es ponerse a su altura y tú no estás a su altura, tú los miras desde arriba. Nunca mostrar impotencia, siempre se debe proyectar una imagen de control y tranquilidad. Esto es más difícil que aprobar unas oposiciones a notarías estudiando el día antes.

Si te encuentras con un vecino o un amigo y te pregunta por tu hijo nunca digas “Está imposible, se porta fatal, etc”. Nunca se habla mal de él en su presencia. Esto refuerza mucho el comportamiento de los niños. Hay que decirles, cuando hacen alguna trastada: “No entiendo, con lo bueno que eres, cómo has hecho algo así” y mostrar extrañeza y tristeza más que enfado. Y siempre darle la posibilidad de enmendar sus errores. Si ha abierto un armario y tirado toda la ropa, le dices que si recoge la ropa contigo volverás a estar contento y prestarle atención cuando se porte bien. Así interiorizan la bondad y entran en modo “Naranja mecánica”, se vuelven incapaces de portarse mal. Esto requiere paciencia, pero se consigue.

Se trata de reforzar lo positivo cuando te preguntan por ellos en su presencia. Un comentario del tipo “es el niño más bueno del mundo. Hoy ha hecho tal cosa y estoy contentísimo”. Porque algo habrá hecho bueno ese día el joío niño, aunque esté en modo destructor.

No hay que temer alabar a los niños continuamente cuando se lo merecen. Cuando se portan mal, se les da la opción de rectificar y si no, consecuencia. “He visto que no has recogido tus juguetes, debe ser que te has equivocado porque con lo bueno que eres no me pega que hagas eso. Vuelvo en 5 minutos y seguro que ya los recoges”. Si lo hace, fiesta, y si no, consecuencia.

Los castigos son el último recurso (hay líneas rojas) y se deben cumplir siempre. Hay que medir los castigos y pensar muy bien antes de imponerlos. Frases como “¡Pues te quedas una semana sin ordenador!”  se pueden volver en tu contra. Recordemos que se trata de fomentar lo positivo, más que de  sancionar lo negativo (esto lo he dicho 15 veces, soy más seguío que un pasadoble, pero es que es importante).

2.-  FOMENTAR VALORES: Este tema suena de lo más rancio, pero en fin… Los valores se transmiten mediante el ejemplo y el diálogo. También estoy convencido de que los buenos modales son una herramienta útil. Somos el espejo moral en que se miran nuestros hijos, y debemos enseñarles qué creemos que es lo correcto y despertarles buenos sentimientos. La solidaridad, la empatía, la generosidad, la compasión, el respeto a las personas mayores y a los débiles, la tolerancia y todas las cosas buenas que se nos ocurran, se las tenemos que transmitir nosotros. Y los buenos modales no sobran en este proceso, más bien al contrario. El “por favor y gracias”, saber escuchar, no interrumpir, ceder tu asiento a las personas mayores, no insultar, no ser egoísta o caprichoso, etc son importantes. Ojo, educar es dar ejemplo, esto es lo principal, pero no está de más insistir en estos temas, aparentemente accesorios. Imagínate un mundo donde se pueda hablar y te escuchen respetuosamente aunque disientan contigo, un mundo donde se puedan intercambiar ideas sin gritar, un mundo sin tertulianos de Tele5, en fin.



Tu hijo puede acabar así si no tienes las ideas claras.

3.- LAS REFERENCIAS MORALES: Decíamos que nosotros somos la primera referencia moral para nuestros hijos en los primeros años. A partir de cierta edad los amigos son determinantes, pero hasta entonces aprovechemos el tirón. Una de las cosas que más me impactó de este tipo es que fuera su hijo el que decidiera si quería ver a sus abuelos o no. ¿Qué sabe un niño de 4 años? ¿Con qué criterios va a decidir nada? Mis abuelos han sido muy importantes en mi vida (también es verdad que yo no tenía abuelos “estándar”, pero eso es otra historia). Privar a tu hijo del contacto con sus abuelos me parece una crueldad para él (para los abuelos también es una jodienda tremenda, claro).

Otra referencia básica son los profesores, a los que jamás se les debe desautorizar en presencia del niño. Es verdad que hay profesores que no sirven ni para escuchar la radio, pero la mayoría seguro que son muy competentes. Tengo una amiga a la que veo mucho últimamente que es profesora y que cada que quedamos, me cuenta historias para no dormir: padres que la han insultado porque le llamó la atención a su hijo en clase, madres que se presentan a “revisar el examen” porque no se creen que su hijo haya suspendido, etc. Y hablo de niños de 6-7 años y de un “colegio bien”.

Otras frases a evitar: “Ya te pondrán derecho en el colegio” o “Se lo voy a decir a tu profesor”. Asimilar las tareas a algo negativo (“castigado a tu cuarto y a hacer los deberes”) es un error de los gordos. Está bien preguntar “¿Qué has aprendido hoy en el cole?” y comentar lo bien que hacen la tarea cuando la terminan. Hay que fomentar el interés por el estudio y bromear, restarle seriedad. Aprender es divertido, aprender merece la pena.

4.- ALIMENTACION: La idea no es vender a tu hijo al peso como si fuera un cochino. A tu hijo tienes que alimentarlo, no cebarlo. De la alimentación de tu hijo depende:

- Su desarrollo físico y mental.
- Su salud: No voy a hablar de los problemas de salud derivados de una deficiente alimentación (sobrepeso, colesterol, etc).
- Su cultura: Creo que la gastronomía es, además de una fuente de placer, una manifestación cultural.

Es más fácil soltarles un trozo de pizza que insistir para que prueben el pescado o la verdura, pero hay que intentarlo.

5.- DEPORTE: A mí no me pasa porque yo soy una estrella del balonmano y una leyenda de la liga universitaria de fútbol, pero hay padres que quieren realizar sus sueños a través de sus hijos y les meten una presión tremenda para que destaquen en los deportes… ¿De verdad quieres que tu hijo se parezca a Cristiano Ronaldo? Es bueno fomentar  la práctica del deporte por salud y porque enseña valores también (superación personal, trabajo en equipo, la satisfacción del trabajo bien hecho, la recompensa del esfuerzo, etc) pero no lo veas como una exigencia.

6.- RUPTURAS SENTIMENTALES: Qué jodido es eso de hacerse daño a través de los hijos. Cuando uno se separa o se divorcia, no hay que perder de vista que, aunque no seáis pareja, siempre seréis padres. No debemos olvidar lo importante: el bien de vuestros hijos. Y hay que tragar más que Linda Lovelace si hace falta, no queda otra. Es un trabajo en equipo para el resto de la vida.

7.- LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD: La felicidad no consiste en el logro inmediato de lo que deseamos sino en la consecución de un objetivo a través de un proceso. No hay que darle todo hecho a los niños, sino los instrumentos para que se desenvuelvan en la vida. Afrontémoslo, la gente es fea y la vida es mayoritariamente horrible, pero tiene sus momentos y hay que ayudarles a encontrar su camino y a descubrir lo bueno de las cosas.