miércoles, 31 de diciembre de 2014

THE WALKING DEAD

Hace algunas semanas me compré el tomo nº 5 de los cómics de The Walking Dead (Planeta deAgostini). Los primeros cuatro recopilatorios de la saga los disfruté muchísimo y creo que el enfoque que se le da a la historia es muy interesante y original.

En The Walking Dead lo que acojona de verdad es el ser humano, los supervivientes del apocalipsis zombie son los que cobran protagonismo poco a poco como “malos de la película” y eso es de lo más inquietante.



Un buen amigo me dijo una vez, en un centro comercial: “Mira a tu alrededor. Este orden, esta aparente calma está cogida con pinzas, es muy frágil. Todo se va a la mierda en tres segundos si suena una alarma de incendios. Este señor tan amable que deja pasar a una anciana, le pisaría la cabeza sin dudarlo en caso de un peligro real. A lo mejor hay alguien que se comporta con decencia, pero la mayoría seríamos unos miserables”. Desde entonces no camino entre la multitud como antes… En fin, de eso va The Walking Dead, del espíritu humano, de sus grandezas y sus miserias, de lo que nos hace hombres y lo que nos deshumaniza. Es enorme, joder. Robert Kirkman, el guionista, ya ha dicho en alguna entrevista que pretende que el cómic dure muchos años, que sigamos el recorrido vital de Rick y su evolución durante un largo tiempo. Pueden salir cosas muy buenas de ahí.


Reconozco que no soy muy aficionado al género zombie, pero, cuando estaba en la Universidad, me tragué un ciclo entero sobre el tema en la Filmoteca. Recuerdo especialmente la proyección de “La noche de los muertos vivientes”, de George A.Romero, y la tertulia post-película que montamos unos amigos, con unas cervezas por delante.

La interpretación de la trama en su contexto histórico, el desencanto post-hippie, el crecimiento del pensamiento conservador en EEUU, la irrupción de los yuppies y su falta de escrúpulos y su obsesión por el dinero, el conformismo y la renuncia a los sueños de igualdad, justicia y libertad colectivas, dan una nueva dimensión a la película. Incluso hubo alguno que apuntó que la clave de todo es la resistencia de los protagonistas de integrarse en la masa amorfa de la sociedad alienada y consumista… Las tonterías que dice uno con 20 años.


Tuve esa misma sensación cuando vi “Guerra Mundial Z”, una peli de zombies bastante descafeinada para que entrara en la clasificación por edades que le aseguraba un mayor público. Ni una triste gota de sangre se ve.  Bien, pues aquello me pareció metáfora sobre los miedos del Primer Mundo al fenómeno de la inmigración (recordad la escena del salto del muro, sólo les faltó ambientarla en Melilla), y, perdonen mi paranoia, la amenaza del yihadismo.

Hablando de masas alienadas, ¿qué me decís de “Dead Seat”? Parte de la mejor premisa jamás creada: se desencadena una invasión zombie y sólo sobreviven los concursantes de Gran Hermano, que están encerrados en el equivalente británico de la casa de Guadalix. No os destripo más cosas de la trama, mejor la veis que se le puede sacar mucha punta.

Nota: Las viñetas que aparecen en la entrada las he modificado para echar unas risas. ¿Hay que pagar derechos de autor?

lunes, 25 de agosto de 2014

CÓMO LIGAR POR WHATSAPP.



En las últimas semanas se ha hablado mucho en Twitter de la “Seducción científica” y el “Day-Game”. Básicamente, para el que no lo conozca el tema, se trata de una especie de secta de tíos muy salidos y muy psicópatas que enseñan sus trucos para ligar abordando a chicas en pleno día. Huelga decir que estas prácticas, que generalmente graban en vídeo usando una cámara oculta, rozan el delito de acoso sexual y producen una mezcla de asco – pena, ganas de soltarles una hostia a mano abierta y llevarles de la mano a un psicólogo para que se traten de lo suyo.

El caso es que, sin dejar de lado lo escabroso del asunto, toda esta historia tiene un componente de humor muy retorcido y muy jodido porque, reconozcámoslo, si entras en los foros o lees alguno de los libros de los gurús, te ríes mucho porque resultan de lo más ridículo. Vale que es una risa culpable del tipo “no debería estar cachondeándome de esto, pero no lo puedo evitar”, pero ahí está. Es el lado oscuro del humor.

Hace un par de semanas, el Hematocrítico me pasó uno de los libros de esta panda, “Cómo ligar por WhatsApp”, que es un compendio del pensamiento de esta horda anormales y que, para qué vamos a engañarnos, no puedes dejar de leer porque no das crédito a que puedan existir esta clase de especímenes en pleno siglo XXI. Y es que, amigos, si Ovidio hubiera nacido en nuestros días, no hubiera escrito “El arte de amar”, seguramente habría hecho historia con “Cómo ligar por WhatsApp”.




Nada menos que tres podcast le han dedicado el Hematocrítico y Noel Ceballos al tema. Os dejo los enlaces:


En fin, el caso es que me pareció que a “Cómo ligar por WhatsApp” le faltaba un capítulo, que me he atrevido a escribir y que podéis leer a continuación.
    
CÓMO RESPONDER AL MENSAJE “VOY A LLAMAR A LA POLICÍA”.

En capítulos anteriores os hemos enseñado diversas estrategias de sargeo, a fingir tener sentido del humor (recordad el uso del jajajaja), a hacerte pasar por un infalible conquistador a pesar de ser más feo que un coche por abajo y a pretender que te interesan sus aficiones (conviene repasar la técnica “Me flipa el diario de Noah” antes de avanzar). En definitiva, te hemos convertido en un maestro de ocultar tu carácter psicópata y que no se note que no eres más que un salido hijo de puta sin el más mínimo sentido de la decencia.

En este apartado nos centraremos en un tipo de mensaje determinado: cuando ella amenaza con llamar a la policía por acoso o como se conoce el término en el lenguaje de la Seducción Científica “situación a salvar debida a una muestra de interés excesiva”.

Yo, como experimentado relaciones públicas de importantes discotecas, estoy perfectamente capacitado para descifrar los intrincados misterios de la mente femenina. Te enseñaré a conquistar a una chica detrás de otra en una espiral de sexo sin fin, siempre pasando a la siguiente sin mirar atrás, en la búsqueda de algo que finalmente te satisfaga. ¿Qué es ese algo? En mi opinión de seductor científico, al final del camino hay un pene, pero eso lo tratamos en el libro “Cómo convertirte en un conquistador compulsivo para reprimir tu homosexualidad latente”.

Antes de entrar en detalle sobre este tipo de conversación acerca de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado e insistencia en el cortejo, os recuerdo que gracias a nuestro método tendrás sexo asegurado con todas las personas que tengas en la agenda de tu móvil. Por eso, antes de poner en práctica “Cómo ligar por WhatsApp” te recomiendo que borres el teléfono de tu abuela y el del perito de Seguros Pelayo para evitar efectos no deseados.

Bueno, entremos en detalle. En “Mensajes magnéticos” explican esta situación con un ejemplo que quizá no hayas entendido por estar mal traducido:

-          - Nena, quiero llevarte a la fiesta de graduación.
-          - Oh, Mike, un kilo y medio de ajos tiernos.
-          - Te compensaré :)
-          - Voy a llamar a la policía.

La dificultad en entender este ejemplo se debe a que “garlic” en inglés se utiliza tanto para referirse a “ajo” como, en lenguaje coloquial, a “acosador sexual reincidente”.

Pero usemos un caso real que le sucedió a Álex. Hace unos meses, trabajando de relaciones públicas en el Bar Los Cazadores de Membrillo Alto, Álex conoció a una chica a la que intentó besar usando nuestro método, con 346 cobras como respuesta, hasta que finalmente ella logró soltarse y escapar corriendo por la puerta de emergencia. La conversación del día siguiente fue así:

-          - Hola, princesa. Ayer me lo pasé genial.
(Así damos a entender que, a pesar de su rechazo, pudimos ligar con otra chica o hacernos una paja llorando al llegar a casa, por lo que mandamos claramente el mensaje de ser sexualmente autosuficientes sin ella).
-          - ¿Quién eres?
(Tanto para Álex, ella muestra curiosidad).
-          - Soy el chico atractivo que te trató de besar ayer.
(Silencio de 20 minutos. Sin duda estaba en shock porque Álex en ningún momento le había pedido su teléfono el día antes).
-    - CÓMO COÑO TIENES MI TELÉFONO, BABOSO ACOSADOR? VOY A LLAMAR A LA POLICÍA.
(Ha conseguido que ella centre toda su atención. Bien jugado, Álex).
-          - Jajaja, te quité el móvil del bolso un momento y me hice una llamada perdida ;)
(Mezcla de sentido del humor, iniciativa y complicidad con el uso del guiño, un diez).
Silencio de 3 horas. Se hacía la dura.
-         -  Si quieres no te hablo más, nena.
(Álex muestra que ella no es su única opción y que es todo un fucker).
-    - VETE AL CARAJO, ANORMAL. UN SOLO MENSAJE MÁS Y TE JURO QUE VOY A LA POLICÍA Y TE DENUNCIO.
(Vaya, parece que juega fuerte. Lo está retando).
-          - Vale, princesa. Tengo entendido que el Starbucks hacen un pincho de tortilla delicioso.
(Mezclar comida y seducción científica siempre es top. En estos casos conviene dejar un tiempo prudencial para volver a contactar. En nuestro caso fueron 38 segundos).
-          Voy a darte salami.
(Insistimos en el binomio comida-sexo. Bien hecho, Álex).
-        - VOY DE CAMINO A PONER LA DENUNCIA, GILIPOLLAS.
(Cuando te insultan puede ser cariñoso (“hola, feo”), pero por el contexto no podemos saber si ese era el caso. Hemos conseguido que salga a la calle, sólo debemos esperarla a la puerta de la comisaria y dar el siguiente paso, poniendo en práctica lo aprendido en “Seducción Élite").

miércoles, 26 de marzo de 2014

UNA VIEJA CARTA FAMILIAR



Tengo que admitir que me lo paso como los indios indagando en viejos documentos familiares. Sobre todo disfruto leyendo cartas de mis antepasados que, además de servir para conocer a mis ancestros, cuya memoria se perderá en el tiempo como la nuestra, son una fuente interesantísima para tomarle el pulso a la época histórica en que fueron escritas.



Una de mis cartas preferidas, es ésta que os transcribo a continuación y que data de 1.864. Creo que no hace falta que os explique nada sobre quien la escribe y la destinataria. Habla por sí misma. Allá va:






“Hijita querida de mis entrañas:



Como yo no pienso más que en vosotros y en vuestro bien espiritual y temporal, y como desgraciadamente hay tanta corrupción en las costumbres, no sosiego ni de día ni de noche pensando si alguno, aprovechándose de mi ausencia, y aparentando un fin honesto, tratara de tender algún lazo a tu virtud.



Yo, en evitar las penas, pido continuamente a Dios sus auxilios por la intercesión de su (ilegible).



No admitas visita alguna de hombres sean de la clase que fuera y tenga el estado que tuviere como no esté delante tu hermano ni recibas esquela ninguna ni te presentes a la ventana ni en ninguna parte.



Si fuera algún joven de clase, virtuoso, con algunas proposiciones y de tu gusto, sin presentarte a él, se lo dices a tu hermano y éste, verbalmente o con una esquelita sin firma a tu nombre le contestará que, en yendo yo a casa y con (ilegible) se dispondrá o contrastará la conveniencia y nada más.



Si no tuviera estas circunstancias José, en los mismos términos, a nombre tuyo, lo despide con urbanidad, dándole las gracias, pero quitándole toda esperanza.



No te fíes jamás y en esto ni te valgas de mozas ni de nadie. Hija mía, toda precaución es poca.



Ni amigas ni nadie se toman por ti ni por tu bien el interés de tu padre. Por las mozas y las amigas se han perdido muchas jóvenes.



¡Ay, hija de mi alma, me estremezco de considerar cómo está este mundo!



Te quiere tu padre,



L.”



Ahora a ver quién me dice que hoy día no hay quien se coma una rosca. Ah, los viejos tiempos… Ya entonces decían nuestros mayores que el mundo se estaba yendo al garete. Todo se repite, el tiempo es circular como diría Rust en True Detective.



Como curiosidad, os comento que usé esta carta como material para uno de mis relatos humorísticos de “El caso Wittelberg”. Lo podéis leer aquí.

miércoles, 5 de marzo de 2014

YO NO ME VENDO.



-          Bueno, ¿qué?

-          Diles que no.

-          No te entiendo, la verdad. No sé qué cojones quieres.

-          Está muy claro. Quiero ser honesto. Es una cuestión de respeto, de respeto a uno mismo.

-          Vamos a ver, no te ponen ni una sola limitación. Puedes escribir la novela que quieras, sin censuras, sin ninguna exigencia de la editorial…

-          Tengo que hacer publicidad, joder.

-          No, solo tienes que nombrar un producto dos veces. Escribir dos veces un puto nombre en una novela que puede tener 500 páginas y ya. A cambio de una total libertad creativa. ¿Sabes lo que es eso? Es un pequeño precio que tienes que pagar.

-          No quiero pagar ningún precio moral por escribir.

-          Pues así no funciona la vida, siento decírtelo. Cuando alguien quiere dedicarse a algo con pasión, tiene que pagar peajes. Parece que has nacido ayer, joder. ¿Cuál es el problema? Puedes escribir sobre lo que quieras, te pagan de puta madre y no se meten en tu trabajo.

-          Ese es el problema, que les importa un carajo mi novela. Da igual de lo que trate, lo quiera transmitir, el mensaje, lo importante es que venda su producto. Todo va sobre el negocio, es repulsivo, joder.

-          Ya salió el ego del escritor. Huy, quiero que me publiquen y además me quieran…. Aprovéchate del tema. Es un precio ridículo por tu libertad, ¿no lo ves?

-          Tú sólo piensas en tu porcentaje de las ventas, a mí no me la das.

-           Cuando quieras te paso el teléfono de unos agentes literarios estupendos si no estás a gusto conmigo. Sólo trato de mirar por tus intereses, gilipollas.

-          Perdona, pero es que este tema me pone enfermo. Seguro que Fante no tuvo que pasar por una decisión así.

-          A ver, listo. Primero, Fante se murió ciego y sin piernas por la diabetes y, además, arruinado. Él sí sufrió en la vida. Te hubiera dado una hostia por pensar que esto es un dilema moral. Y segundo: sí que se vendió. Trabajó de guionista en unas películas malísimas para poder comer. Así que ahí tienes tu respuesta.

-          Pues yo no. Yo no me vendo. A tomar por culo todo.


Dando un portazo, salió del despacho de su agente. Bajó a la calle y paseó sin rumbo por la ciudad, mientras el sol se recortaba contra los edificios. Moría la tarde pero él se sentía muy vivo. Había logrado mantenerse fiel a su código moral. En estos tiempos es toda una proeza. Una sonrisa de orgullo se dibujó en su rostro. Estaba cansado, le palpitaba el pecho y la discusión le había secado la garganta. Entró en un bar y pidió una cerveza fría, lo necesitaba. Se sentía bien, se sentía íntegro, se sentía Cruzcampo.